jueves, 3 de septiembre de 2015

Volcán Chabulco, Chile

El volcán Calbuco es un estratovolcán localizado en la provincia de Llanquihue, región de Los Lagos. Su ladera sur está dentro de la comuna de Puerto Montt, y su ladera norte en la de Puerto Varas. Forma parte de la reserva nacional Llanquihue, administrada por la Corporación Nacional Forestal. Su silueta es visible desde Osorno a Chiloé.
Es considerado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) como el tercer volcán más peligroso del país, dada su amenaza latente en una zona de gran desarrollo turístico y económico.
Desde tiempos de la Colonia, se han registrado 13 erupciones en el Calbuco. La más reciente comenzó el 27 de enero de 1961, con una gran columna de humo que alcanzó una altura máxima estimada de 13 a 15 kilómetros. El 1 de febrero del mismo año se desarrolló la primera explosión, mientras que la madrugada del 10 de marzo se produjo la gran erupción con un ruido que, de acuerdo a los archivos de la época, fue percibido a ocho kilómetros del edificio volcánico.
Cabe destacar también que en 1972 el volcán presentó actividad por última vez, con una expulsión menor de cenizas.
En 2011, la diputada de la Unión Demócrata Independiente por Puerto Montt, Marisol Turres, advirtió sobre el inminente riesgo de erupción del volcán, sobre todo en la localidad de Alerce, que se construyó en la zona de riesgo de un volcán activo.
El 15 de abril, una semana antes del evento, autoridades regionales y especialistas del Sernageomin analizaron las medidas de preparación frente a una eventual manifestación en el Calbuco, que contemplaban labores para definir e informar vías de evacuación y zonas de seguridad, además de la actualización de los mapas de riesgo volcánico de la zona (cuyos últimos ejemplos fueron elaborados en la década de 1990). Pese a la ausencia oficial de antecedentes asociados a una activación del volcán, vecinos de Alerce percibieron ruidos subterráneos que generaban preocupación.

Erupción


La erupción fue precedida por un enjambre sísmico en la zona del volcán, desde las 15:11 hora local. Durante dos horas se registraron 140 sismos; el de mayor envergadura alcanzó una magnitud de 2,5 en la escala sismológica de Richter, localizado a 3,3 kilómetros al oeste del cráter principal y a 7,4 kilómetros de profundidad.
A las 17:54 hora local, se generó una columna eruptiva de color gris que alcanzó una altura máxima de 15 kilómetros. La fase más enérgica se prolongó por una hora y media, seguida a las 21:55 hora local por un tremor armónico, sugiriendo una posible emisión de lava desde el cráter principal.
A las 01:00 hora local del 23 de abril, se produjo un nuevo pulso eruptivo en el Calbuco, más enérgico que el primero. La intensa actividad superficial se extendió por seis horas, generando también una columna eruptiva de 15 kilómetros de altura, acompañada por una continua emisión de fragmentos de material incandescente con comportamiento balístico, que no superaron los cinco kilómetros en torno al edificio volcánico.
Tras un sobrevuelo al volcán, se observaron al menos seis centros de emisión de material particulado sobre el domo antiguo y a sus costados oeste, suroeste y sur.
En ambos eventos, la dispersión piroclástica se concentró principalmente hacia el este y noreste del macizo. Se registró caída de piroclastos gruesos (pómez) en la región de Los Lagos, y piroclastos finos (cenizas) en las regiones de Los Ríos y de la Araucanía. También se produjeron flujos piroclásticos con un alcance máximo de siete kilómetros y lahares que viajaron hasta una distancia cercana a los 15 kilómetros, por cauces que descienden del volcán. La situación más grave se presentó en la localidad de Ensenada, con hasta un metro de acumulación de cenizas.
A partir de las 23:30 hora local del 23 de abril, se observó un nuevo incremento en la actividad superficial del volcán, enmarcado por la presencia de una columna de material particulado que alcanzó una altura máxima de dos kilómetros, con una dispersión preferencial hacia el noreste variando al este-sureste en horas de la tarde del 24 de abril. También se observó la incipiente emisión de un flujo de lava desde el cráter principal y hacia su costado este, alcanzando distancias que no superaron los 50 metros.
Hasta el 24 de abril, el Calbuco emitió 210 millones de metros cúbicos de cenizas a la atmósfera (40 millones en el primer pulso eruptivo, y 170 millones en el segundo), una cifra considerable si atendemos que cada metro cúbico equivale a cerca de una tonelada de material volcánico.
Debido al pronóstico de precipitaciones en la zona durante las próximas semanas, Sernageomin advirtió sobre la alta probabilidad de que se registren lahares secundarios, es decir, aluviones volcánicos causados por la removilización del material piroclástico del volcán. La preocupación surgió por el aprendizaje vivencial de la erupción del volcán Chaitén de 2008, ya que la ciudad homónima fue golpeada principalmente por lahares secundarios.
A las 13:08 hora local del 30 de abril, comenzó un tercer pulso eruptivo en el Calbuco tras una nueva fase de inestabilidad aguda, marcada principalmente por un tremor armónico (movimiento de magma al interior del edificio volcánico). Su columna eruptiva se alzó hasta los cinco kilómetros y se dispersó preferentemente hacia el sureste.
Sobre la base de la historia geológica del Calbuco, es posible que el ciclo eruptivo se extienda por varios meses, como también que evolucione de su fase explosiva (emisión de piroclastos) a efusiva (emisión de lava). Dada la alta viscosidad de ésta, no es previsible que se observen "ríos" de lava, pero sí que se construyan domos en la parte alta del edificio volcánico, los que posteriormente son destruidos para permitir nuevamente la apertura de la chimenea volcánica.
Tras la erupción, la geomorfología del Calbuco cambió drásticamente. Si bien el volcán tenía dos cráteres antes del evento (uno principal y otro secundario, perfilados en especial por la erupción de 1961), ahora el Calbuco presenta ocho y un cráter principal aún más grande, a causa principalmente de la erosión en la superficie.

                                                Calbuco22-4-15.jpg

Integracion de la Información

Predicción y prevención del vulcanismo

La predicción está basada en la observación de los llamados fenómenos precusores, aunque hay que tener en cuenta que cada volcán es diferente y que no existe un método universal de predicción aplicable a todos los volcanes. Las mayores erupciones volcánicas no ocurren espontáneamente. Una erupción es el resultado de toda una serie de procesos previos provocados por el ascenso a la superficie de una gran masa a muy elevada temperatura y que produce una serie de efectos físicos y químicos que pueden ser detectados.
Los fenómenos precusores más frecuentes son:
• Seismos: El magma en su ascenso, antes de la erupción, provoca numerosos pequeños seismos, aumentando su número a medida que se acerca la fecha de la erupción. Una red de sismógrafos permite conocer la secuencia de seismos y la profundidad de su foco.
• Deformaciones del terreno: Estos desplazamientos se controlan mediante los distanciómetros, que detectan desplazamientos de hasta 1mm sobre 1km de distancia horizontal.
• Emisión de gases: Antes de la erupciones se han detectado cambios significativos en el volumen y tipo de los gases emitidos por los volcanes. Tales como incremento de las cantidades de ClH, FH y SO2, así como un incremento en la proporción S/Cl. Estos cambios en el volumen o composición están relacionados con cambios en las condiciones de equilibrio de la cámara magmática.
• Anomalías térmicas: Incrementos de temperaturas detectados en las emisones de aguas termales, en las fuentes y caudales subterráneos. Sensores de infrarrojo o radiómetros pueden ser usados también para detectar cambios en la temparatura de la superficie, especialmente por medio de satélites artificiales.
• Anomalías magnéticas: Antes de las erupciones se han detectado cambios acusados en el campo magnético local.
• Propiedades eléctricas: Cambios similares se han detectado en los campos eléctricos antes de las erupciones. Según parece, el ascenso de magma caliente modifica la resistividad de las rocas
de la zona, así como su susceptibilidad magnética.
• Anomalías de la gravedad: Los gravímetros detectan variaciones locales de la gravedad cuando los magmas con diferentes densidades reemplazan a las rocas de la zona, o cambian de posición antes de una erupción.
• Modelos del comportamiento de los animales. El instinto de muchos pájaros y de otros animales les han salvado de muchos desastres. Días antes de que la erupción del Monte Pelee, en 1902, produjera una nube ardiente que causó 30.000 víctimas, se produjo una inusual y significativa desaparición de las aves y otros animales de la zona.

Riesgos de las erupciones volcánicas

Erupciones con magmas de baja viscosidad. El gas disuelto en estos magmas tiene pocas dificultades para escapar a la atmósfera. La tendencia a la obturación del conducto de salida por enfriamiento de la lava se resuelve con explosiones rítmicas de baja energía que fragmentan la lava y provocan la dispersión de piroclastos en un área reducida alrededor del punto de emisión.
El riesgo de este tipo de erupciones está ligado a la caída de piroclastos (lapilli, bombas) en un reducido entorno del punto de emisión y al flujo de coladas de lava que pueden alcanzar a veces grandes velocidades y distancias a favor de la pendiente. El daño sólo afecta a las estructuras que no pueden desplazarse.
  En erupciones con masmas de elevada viscosidad, el conducto volcánico suele estar taponado por lava solidificada de anteriores emisiones. La presión de los gases adquiere valores muy elevados, sobre todo si el magma en su ascenso encuentra agua freática que se transforma en vapor de agua a gran presión. Cuando los gases consiguen liberarse, lo hacen de manera explosiva rompiendo el edificio volcánico, a veces por sus flancos laterales, dando lugar eyección de materiales y a la generación de avalanchas que pueden alcanzar velocidades de varios cientos de km/hora,
produciendo una destrucción total en el área afectada.

Tipos de volcanes según su erupción

La violencia de las erupciones volcanicas depende fundamentalmente de la presión de los gases de la cámara magmática y de la viscosidad de los magmas.
En función de estas dos variables se establece una escala de 7 tipos de erupciones progresivamente explosivas:
Tipo islándico: erupciones efusivas de lava muy poco viscosa. Característiva de regiones suhertas a tensiones corticales que originan fisuras muy profundas a través de las cuales la lava fluye librementepara formar extensos casquetes de lava.
Tipo hawaiano. Similar al tipo islándico. La efusión de lava es predominante y los gases son liberados despacio.
Tipo estromboliano: Presentan cierto carácter explosivo debido a que la lava tiene cierta viscosidad. Los gases escapan con moderadas explosiones que pueden ser rítmicas o incluso continuas. Durante las explosiones pueden ser proyectadas bombas volcánicas.
Tipo vulcaniano: La lava presenta alta viscosidad. Los gases acumulados explosionan durante prolongados intervalos de tiempo con gran violencia, dando lugar a nubes volcánicas de material eyectado.
Tipo vesubiano: Después de largos periodos de inactividad el magma se carga con altas concentraciones de gases dando lugar a erupciones con nubes negras que se extienden dentro de la atmósfera hasta considerable altura cubriendo de cenizas volcánicas extensiones muy amplias.
Tipo plineano: Estas erupciones dan lugar a las expulsiones de gas más violentas. La pluma volcánica se puede extender en la atmósfera hasta varios kilómetros de altura.
Tipo peleano. Son las erupciones potencialmente más desastrosas. El escape de material altamente explosivo está impedido por un domo obstructivo de lava sólida en el conducto (chimenea) principal. La presión del magma abre nuevas salidas en los flancos del volcán, originando una explosión lateral cuyos materiales se desplazan pendiente abajo arrasando todo a su paso.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Origen y distribución volcanica

La distribución y comportamiento de los volcanes esta directamente relacionada con la tectonica de placas y la deriva continental. La gran mayoría se sitúa en los bordes de placas litosféricas.






Bordes de placas convergentes

En este tipo de bordes se ubica el 80% de los volcanes activos del mundo, entre los cuales se incluyen los que conforman al Cinturón de Fuego el Pacífico, que son los de mayor actividad. 
En este tipo de bordes los magmas generados suelen ser muy viscosos, atrapando a los ases disueltos hasta alcanzar enormes presiones en la cámara magmática que se liberan en la erupción de forma explosiva. 
Una característica del vulcanismo de borde convergente es la permanencia de la actividad eruptiva concentrada en un punto durante largos periodos de tiempo, lo que origina estrato volcanes, o cono compuesto, la forma mas característica y predominante de los volcanes en las zonas de subducción.
El estrato volcán está formado por la acumulación de materiales sucesivas erupciones a base de cenizas y lavas, generando edificios de gran altura.
El aumento de la altura de estos edificios provoca un aumento de probabilidades de que estas pierdan la estabilidad y sean mas propensas a un colapso y una futura erupción catastrófica. Ademas, el aumento de la altura de los edificios hace que sus copas se cubren de hielo, el cual se funde con el calor del volcan generando flujos de lodo destructivos. cuando la explosión de estos edificios es muy grande se forma una cavidad llamada caldera.

Bordes de placas divergentes

En los bordes de placas divergentes se forman los llamados volcanes de rift. Los magmas generados son poco viscosos, dando lugar a erupciones de baja explosividad ya naturaleza efusiva muy bien, especialmente cuando ocurren en las profundidades oceánicas.


Volcanes de Intraplaca

Un porcentaje minimo de volcanes, correspondiente al 5%, se situa en el interior de las placas. Volcanes de punto caliente, originados por el acenso de material fundido desde el interior terrestre. Estos magmas son poco viscosos.
























El vulcanismo

La palabra volcan deriba de la pequeña isla de Vulcano, en el mar Tirreno al norte de Silicia, donde los romanos de la antiguedad situaban la fragua de vulcano, el herrero de los dioses Jupiter y Marte.
Existen unos 500 volcanes activos en el mundo es decir que han tenido erupciones en los ultimos 25000 años.